Épica en cuadros

Una batalla en el campo cuadriculado del ajedrez sirvió de inspiración para la siguiente poesía en décimas de la pluma de Walter González y con las desgarradoras imágenes de Roberto Cifuentes extraídas directamente de la lid...

Érase una vez o dos
no lo tengo bien sabido
pero un juego conocido
nos ató en partida atroz
Bien que comenzaste vos
entre pizza y ajedrez
aprendí con rapidez
al principio tu destreza
me dejó sin una pieza
pero yo gané después

El peón marcha primero
comandando el pelotón
los demás con emoción
ven a aquel fuerte guerrero
Lucha con temple de acero
le sigue la infantería
contra la caballería
que viene saltando en ele
y el embiste que le duele
termina con su hidalguía

Sale entonces a la lid
un sagrado caballero
un obispo en el tablero
conocido como alfil
Del ejercito adalid
causa un giro demencial
con su ataque frío y mortal
mil caballos ha matado
y mil reinos derrotado
con su golpe diagonal

Ya le espera allá en la esquina
sentado en el cuadro oscuro
aquel con cara de muro
que en la línea te asesina
Sabe bien de disciplina
pues en recto siempre corre
que su huella no se borre
que aguante muchas jugadas
sean perdidas o ganadas
marche mi inclemente Torre

Viene presto el Rey moreno
con su regia mano fiera
y con ira justiciera
lanzará castigo pleno
sobre el territorio ajeno
La pareja Albina Real
con coraje por igual
quieren verle derrotado
buscando el tan anhelado
Jaque Mate del final

Y las épicas batallas
las del gran cuadriculado
por ahora han terminado,
por tu bien espero que hayas
aprendido pues las fallas
cuestan vidas ya lo ves
que por un simple traspiés
no hubieras perdido tanto
Y aquí se termina el canto
que dedico al Ajedrez...

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