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miércoles, 27 de mayo de 2009

De Roberto Cifuentes

Una décima de aliento y apoyo en estos momentos difíciles por las que atravieza nuestra nación, en los versos de Roberto Cifuentes.

En Guate de la Asunción
tú, Rosenberg eres mártir,
grabas antes de partir
tu temida confesión.
Cuantos irán a prisión,
para evitar que estés muerto,
la verdad brote del huerto.
Tu voz es como la lanza
que muchas almas alcanza,
aunque lancen un entuerto.

lunes, 25 de mayo de 2009

Un Poco de Historia

El licenciado David Vela apunta en su "Historia de la literatura guatemalteca" que el doctor Tomás de Estrada publicó en la imprenta de Joaquín de Arévalo, en el año de 1751, una Trágica descripción del lamentable estrago, que ocasionó el terremoto del día cuatro de marzo de este año de 1751, en esta ciudad de Santiago de Goathemala. Además de prosa, agrega versos, algunos acrósticos y otros con juegos de palabras, así como esta décima:

Si las voces siempre explican
del concepto la intención;
las obras con más razón,
los afectos testifican:
claro se verá si aplican,
en tiempo, tan indigente,
el indicativo ardiente,
de su amor; que yo seguro,
que lograrán de futuro
el galardón del presente.

viernes, 22 de mayo de 2009

El Rosal y la vida

Manuel Dieguez Olaverri (1821-1861). Nació en Guatemala, no obtuvo ningún título, pero emprendió estudios particulares; sus ideas liberales lo hicieron sufrir persecuciones; fue preso y expatriado a El Salvador. Su obra, se reduce a un conjunto de poemas, pero también fué traductor de obras teatrales del francés al español. Se definió claramente en la escuela romántica, aunque como su hermano Juan Dieguez Olaverri, gustó también de las lecturas clásicas. Sus poemas son escasos y todos exhalan un dulce dolor, según se sabe, los escribía para un grupo de amigos, y no para ser publicados. Algunos han circulado sufriendo muchos cambios. Como muestra de su poesía y como estamos entre amigos decimistas, les regalamos el siguiente:

El Rosal y la vida

Si ese rosal examinas,
que riegas tan cuidadosa,
verás que entre cada rosa,
tiene millares de espinas;
y si ligera te inclinas
para cortar un botón,
no extrañes que duro arpón
hiera tu mano pulida;
que los goces de la vida
van con igual condición.

Por un fugace placer,
efímero cual las flores,
en prolongados dolores
el hombre se llega a ver;
y la vida viene a ser,
si con juicio se examina,
como el rosal que Delina
riega y cultiva afanosa:
cada ilusión una rosa,
cada recuerdo una espina.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Décimas de Chanito Isidrón

Mi 75 aniversario



Ya inició el último cuarto
de siglo de haber nacido
y mi madre haber sufrido
el ¡ay! del último parto.
Si lo olvido reparto
en etapas prudenciales
son tres las más esenciales,
y la final será ésta
que coronará mi testa
con las nieves invernales.




Y yo, Cipriano Isidrón
-quizás si mi nombre asombre,
porque quien me puso el nombre
no me tuvo compasión.
Pero hay una explicación
por muchos desconocida
y es que mi madre querida
que se llamaba Cipriana,
años cumplió la mañana
en que me trajo a la vida.




Por esa causa al chiquito
denominaron Cipriano;
el Cipriano bajó a Chano
y Chano vino a Chanito.
Muchas manos han escrito:
“Señores Chano y Sidrón”,
figurándose que son
dos, como Diana y Apolo,
sin saber que es uno solo
largo, flaco y narizón.




Y no me equivoco. Ya estoy
en el momento supremo
de la vida y no le temo
si el último tumbo doy.
¿La tumba me llama? Voy
con mi modesto equipaje
a realizar ese viaje
de precisión absoluta
y con la hoja de ruta
en el bolsillo del traje.

Fallecido el 23 de febrero de 1987, el poeta cubano de una fabulosa capacidad narrativa, Chanito Isidrón será siempre la imagen elegante y sonriente de su más alto trovador; él pudo hacer suya la memorable frase de Montaigne: “No hago nada sin alegría”.

La ultima décima de la obra "Mi 75 Aniversario", está grabada en un laúd de mármol que reposa sobre sus restos, a sólo unos pasos del que fuera su apartamento, donde aún viven su viuda María Esther y su hijo Ricardo.

martes, 19 de mayo de 2009

Momento

Salta el botón, y la seda
de la blusa se desliza
sobre tus hombros. Ceniza
es el momento. No queda
ni un pájaro en la alameda
y el poniente ha dicho adiós.
Sueltas tu falda. Los dos
temblamos. Pálido y mudo,
veo nacer tu desnudo
bajo el asombro de Dios.

Carlos Murciano. Poeta español nacido en Arcos de la Frontera, Cádiz en 1931. Musicólogo, crítico de arte y crítico literario, cultiva también la novela corta y el cuento, de cuyos géneros posee los más prestigiosos galardones.
Ha publicado más de ochenta libros, haciéndose merecedor por varios de ellos a importantes premios: Premio Nacional de Poesía por «Este claro silencio», Premio Ciudad de Barcelona por «Un día más o menos», Premio Francisco de Quevedo por «Del tiempo y soledad», Premio San Juan de la Cruz por «Diminuto jardín como una araña», Premio Internacional Antonio Machado en 1997, Premio Mossen Alcover en 1964.

lunes, 18 de mayo de 2009

Décimas de Amor de Elías Nandino

I

Amor, amor traicionado
por mí -que tanto te quiero-
al imponerte el sendero
en que has sido desdichado.
Amor, por mí atormentado:
ya no puedo remediar
mi culpa y hacer llegar
lo que tu anhelo esperaba.
Amor, mi vida se acaba,
ya no es tiempo de empezar.


II

Amor: avidez errante,
torbellino incontenible,
esencia de lo terrible
en incendio alucinante.
Con tu codicia incesante
en mí vives arraigado
y exiges que, enamorado
me entregue cuando me doy.
Amor: ¿no sabes que estoy
sólo de ti enamorado?


III

Eres, amor: sed y anhelo,
hambre, delirio, locura,
azúcar de la amargura
y amargura del desvelo.
Eres infierno, eres cielo,
la esperanza enardecida,
el desangre sin herida,
lo que nos forma y deshace.
Eres la muerte que nace
continuamente en la vida.


IV

Amor: has amado tanto
y sin embargo te siento
férvido, puro, sediento,
sin decepción ni quebranto.
No te mina el desencanto
por lo que has sufrido ya,
ni te importa si será
mentira lo venidero:
porque eres como el venero
que existe por lo que da.


V

Amor, inaudita hoguera
e la entraña del invierno
de mi vida, atroz infierno:
¡cómo crecerte quisiera!,
mas sin dicha y sin espera
a mi muerte me adelanto
y preso en el desencanto
es mi corazón senil:
hielo en martirio febril
descongelándose en llanto.

Elías Nandino

Poeta mexicano nacido en Cocula, Jalisco, en 1900. Además de su labor como médico, Nandino apoyó a muchos jóvenes poetas desde las revistas que fundó y dirigió. Editó la colección de cuadernos «México Nuevo», dirigió «Estaciones» y de 1960 a 1964 fue director de «Cuadernos de Bellas Artes». En 1979 recibió el Premio Nacional de Literatura y el Premio de Poesía de Aguascalientes. Cada uno de sus poemas contiene un fragmento de tiempo. Poeta soñador, que une la vida y la muerte, el amor y el odio, con un puente indestructible de palabras, sueños y realidades.«Naufragio de la duda» en 1950, «Triángulo de silencios» en 1953, «Nocturna summa» en 1955, «Eternidad del polvo» en 1970, y «Nocturna palabra» en 1976, constituyen una muestra significativa de su obra como poeta. Murió en Guadalajara, México, en 1993.

viernes, 15 de mayo de 2009

Manos Blancas

Manos blancas que tenéis
la forma suave y hermosa,
manos de Nicole y de rosa
quiero que me acaricies
y que en mi frente espeséis
para sentir deliciosa
la sensación amorosa
de vuestra dulce caricia.
Concededme esa delicia
¡Manos de Nicole y de rosa!

Este poema “Manos blancas” fue escrito por Oscar Valle. Esta formado de tres décimas, escritas a mano en un cuaderno sin folio y empastado rústico. El autor le puso a su cuaderno el nombre de “Mis Versos” y fue escrito en marzo de 1904. Este cuaderno de versos fue localizado en la biblioteca “César Brañas” con la clasificación 2115. Además de décimas, contiene sonetos, con versos ilegibles.

miércoles, 13 de mayo de 2009

En el cumpleaños de Manuel José Arce

Un homenaje a una de las letras mas influyentes e importantes de nuestra patria, el Maestro Manuel José Arce (1935-1985) hoy por ser día de su cumpleaños a través de una selección de sus décimas...

Casualmente, su mano con la mía.
Casualmente, sus ojos y los míos.
Y adentro, adentro enfurecidos ríos
la impaciencia, la lucha, la agonía.
Volcán oculto que jamás se enfría
condenado a silencio permanente:
el no poder decir lo que se siente
cuando sus ojos en mis ojos posa,
cuando mi mano con su mano roza
inadvertidamente, casualmente.

He convertido en cárcel de ternura
lo que es mi corazón: jaula de ensueños.
He convocado todos mis empeños
a afán amargo y a labor tan dura
como es la de hacer grata la tortura
de callar este amor, mi ciego dueño.
He puesto a mi dolor gesto risueño
y freno he puesto ami mortal premura
por tal de no manchar la cruel blancura
con que te consagró mi propio sueño

Amor, si fueras aire y respirarte.
Y si fueras, Amor, vino y beberte.
Si fueras sombra para no perderte.
O si fueras camino y caminarte.
Amor, fueras cantar para cantarte.
Fueras hilo en mis manos y tejerte.
Que mi alimento fueras y comerte.
Si fueras tierra, Amor, para labrarte.
Si fueras para más que para amarte:
Amor, Amor, Amor, si fueras muerte.

lunes, 11 de mayo de 2009

El Romance Tradicional y el Corrido en Guatemala

En Guatemala, de acuerdo a Carlos Navarrete, las canciones o corridos derivados del “romance de relación” son aquellos en el que participan animales, objetos, seres humanos o sobrenaturales, en situaciones fantásticas que trascienden los límites de la vida real. Un ejemplo guatemalteco “de exageraciones” protagonizado por animales, son unas décimas que recitaba un mendigo ciego en Jutiapa, hacia 1888. Para profundizar en las tradiciones de Guatemala consultar el libro: El Romance tradicional y el corrido en Guatemala de Carlos Navarrete.

Yo vide un sope volar
con un venado en el pico
y más detrás iba un mico
queriéndoselo quitar;
pues yo vide un león pelear
en una nube encumbrado,
vide que se ahogó un pescado
en las riveras del mar,
y un zapo lo fue a enterrar
¡y me he quedado espantado!

Yo vide un tigre pelear
usando mucha diestreza
y le quitó la cabeza
a piquetes un burrión:
entonces dijo el ratón
“yo de pelear no me escapo”
cojió a patadas á un gato
en el momento lo hizo juir,
y entonces se puso á rir
¡un pie dentro de un zapato!

yo vide un hombre tunante,
que andava como enamorado,
a caballo en un venado
con su dama por delante,
y también vide un gigante
a caballo en un conejo:
yo vide mamar a un viejo
con una garza parida,
¡y vi una dama lucida
debajo de un aparejo!

En fin, de aquí la ensalada
que les vengo a proponer
y es que vide á una mujer
parir antes de preñada:
vide una casa parada
que la estaba haciendo un viejo,
y de la rana el pellejo
de vejuco le servia
y de horcones le ponía
¡las tenazas de un cangrejo!

sábado, 9 de mayo de 2009

Décimas Religiosas

La Santísima Virgen de Dolores del Calvario de la Antigua Guatemala

De aquella reina del cielo
centro de nuestros amores
veneremos los dolores
implorando su consuelo
por tanto, con vivo celo.
Y una ardiente devoción,
celebremos su fundación,
y ella nos dará entretanto,
el consuelo sacrosanto
y una eterna salvación.

Agosto 7 de 1871.

La misma Virgen a su pueblo

Vea a mi, pueblo antigüeño.
Devoto de mis dolores,
yo os colmaré de favores
mos tràndoos mi dulce ceño.
Y pues veo el gran empeño
Que tomáis por mi función,
Yo os concederé el perdón
De todos vuestros pecados,
Y haré que seáis colocados
En la celestial mansión.

Agosto 7 de 1871.

Décimas número 39 y 39, tomadas textualmente del libro de Salvador González Corral localizado en la biblioteca “César Brañas”, en la ciudad de Guatemala.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Jazmines del cabo (fragmento)

¡Por qué causa misteriosa
la música de un violín
o el perfume de una jazmín
nos recuerdan muchas cosas?
Sortijas de aguas preciosas,
pañuelos de raso tul,
cartas dentro d eun baúl.
Valses del tiempo pasado,
y lo del cuento azulado:
"Este era un príncipe azul".


Esta flor nítida es una
cosa de la primavera:
un jazmín que ella nos diera
en una noche de luna.
Quién sabe por qué fortuna
esa romántica flor
puede expresar el temblor
sutil que en el alma vive,
eso que nunca se escribe
en una carta de amor.

Suave la hacen los cariños,
triste las penas secretas,
y la arrancan los poetas
y la deshojan los niños.
Si está sobre los corpiños
su perfume nos evoca
el beso, cuya miel loca
deja sobre el corazón
la inefable sensación
de una hostia en la boca.

Cuando en los días primeros
se conjuga el verbo amar
sus flores en el solar
se abren a los aguaceros...
Días tibios y ligeros,
días de balcón y esquela,
de rondar la callejuela
y de escribir madrigales;
páginas sentimentales
de nuestra mejor novela.


Versos de Rafael Heliodoro Valle.Tomado del libro de Amílcar Echeverría "Cinco temas educativos en la Poesía Centroamericana". 1959. Pág.:103.

lunes, 4 de mayo de 2009

A Costa Rica

(Fragmento)


Con la voz de tus volcanes
y el ronco grito del mar
quisiera, Patria cantar
tus triunfos y tus afanes,
y al rugir los huracanes
azotando tu bandera,
con genroso ardimiento
alzar un himno quisiera
que por doquier repitiera
con su bramidos el viento.

Eres la pálida diosa
de mis ensueños de niño,
hecha de luz y de armiño
y de pètalos de rosa;
la Patria visiòn preciosa,
vergel de amor en la tierra
que a la existencia convida
y los pesares destierra,
¡porque en la Patria se encierra
cuando hay de gran en la vida!


¡Quiera el cielo, Patria mìa!
que soles de eterna gloria
alumbrando siempre tu historia
con fulgores de poesìa
y una inmensa sinfonìa
repitan roncos los ecos
celebrando tus hazañas
que conmueva tus entrañas
y repercuta en los huecos
de tus salvajes montañas.

Este canto es de: Rogelio Fernàndez Gùel. Aparece en la pàg. 87 del libro: "Cinco temas educativos en la Poesìa Centroamericana" de Amìlcar Echeverrìa. Impreso en la Editorial del ministerio de Educaciòn Pùblica "Josè de Pineda Ibarra", 1959.

sábado, 2 de mayo de 2009

La Cosa

Hay quienes dicen que se hizo
de ese arte el primer ensayo
cuando le vino un desmayo
a Eva, en el Paraìso,
por padecer cierto hechizo
por el polen de las flores
que le produjera ardores
primero, y luego la gana
de comerse la manzana
que ustedes saben, señores.

Esta primera paciente
estaba desesperada,
y vio una cosa parada
que le bailò por enfrente;
era, sabèis, la serpiente
que a la primera criatura
le curò la calentura;
mas la triaca del amor
la hizo parir con dolor
y cavò su sepultura.


Estas dècimas han sido tomadas del libro "La Cosa" del escritor, periodista David Vela. Publicaciòn del Departamento de Actividades Literarias de la Direcciòn General de Cultura y bellar Artes de Guatemala. 1981. pàg.: 35