Manuel Dieguez Olaverri (1821-1861). Nació en Guatemala, no obtuvo ningún título, pero emprendió estudios particulares; sus ideas liberales lo hicieron sufrir persecuciones; fue preso y expatriado a El Salvador. Su obra, se reduce a un conjunto de poemas, pero también fué traductor de obras teatrales del francés al español. Se definió claramente en la escuela romántica, aunque como su hermano Juan Dieguez Olaverri, gustó también de las lecturas clásicas. Sus poemas son escasos y todos exhalan un dulce dolor, según se sabe, los escribía para un grupo de amigos, y no para ser publicados. Algunos han circulado sufriendo muchos cambios. Como muestra de su poesía y como estamos entre amigos decimistas, les regalamos el siguiente:
El Rosal y la vida
Si ese rosal examinas,
que riegas tan cuidadosa,
verás que entre cada rosa,
tiene millares de espinas;
y si ligera te inclinas
para cortar un botón,
no extrañes que duro arpón
hiera tu mano pulida;
que los goces de la vida
van con igual condición.
Por un fugace placer,
efímero cual las flores,
en prolongados dolores
el hombre se llega a ver;
y la vida viene a ser,
si con juicio se examina,
como el rosal que Delina
riega y cultiva afanosa:
cada ilusión una rosa,
cada recuerdo una espina.
2 comentarios:
me gusta este poema, me trae muchos recuerdos; simpre se lo dedique a mis familiares. att. MACH
El mejor poema del mundo q expresa la realidad del ser humano en su existir
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