Décimas por un cataclismo

Dejamos un fragmento de esta narración, tan solo de leerla podemos darnos una vislumbre de esta pesadilla que atormentó a nuestros hermanos chilenos, de la pluma de Barbara Calderón.

LA OCTAVA SE VIENE ABAJO
PUES LA TIERRA ESTÁ TEMBLANDO
UN SORDO RUIDO TRONANDO
MI CASA SE FUE AL CARAJO
SE CAYÓ MI COMISTRAJO
ANDUVO EL CONGELADOR
DE HOCICO EL TELEVISOR
HASTA TRINÓ MI GUITARRA
SE ME HIZO TRIZAS LA JARRA
MURIÓ MI COMPUTADOR.

LA CASA COMO CRUJÍA
PARECE QUE SE QUEBRABA
MI CAMA SE DESLIZABA
LA PUERTA SE ESTREMECÍA.
LOS LIBROS DE POESÍA
VOLARON DE SU LIBRERO
SE ME ATRAVESÓ EL ROPERO
SE ME QUEBRARON LOS PLATOS
EN PIJAMA Y SIN ZAPATOS
ME ILUMINABA EL LUCERO.

CAYERON LAS PANDERETAS
LAS LÁMPARAS SE MENEABAN
LAS FLORES SE ZARANDEABAN
EN MILES DE MORISQUETAS.
DEL PARNASO A LAS POETAS
ROGABA CON TAL PASIÓN
“¡YA PAREN ESTA CUESTIÓN,
POETAS DE MALA MUERTE!”
UN TERREMOTO TAN FUERTE
VINO A ARRASAR MI REGIÓN.

A LO LEJOS LA SIRENA
DE UN AUTO ENTERO APLASTADO
SONABA DESAFINADO
SU ALARMA COMO ALMA EN PENA
FUE EN NOCHE DE LUNA LLENA
LAS CERO TRES, TREINTA Y NUEVE
TODA LA TIERRA SE MUEVE
DE PUERTO MONTT HASTA EL NORTE
YA ESTÁ BUENO QUE LA CORTE
PUES SOBRE MOJADO LLUEVE

NO HAY AGUA EN LA GRIFERÍA
NO HAY LUZ EN LAS AMPOLLETAS
EL PAVIMENTO CON GRIETAS
COMO SI FUERA ALCANCÍA.
ESTÁ OSCURO TODAVÍA
SE HAN INCENDIADO DOS CERROS
A CORO LADRAN LOS PERROS
Y HAY EN LA CÁRCEL MOTÍN
SE ARMÓ LA DE SAN QUINTÍN
CON LOS QUE SUFREN ENCIERRO.

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