La historia que presentamos a continuación es una muestra de ingenio y buen humor, es admirable la forma en que se conserva el estilo elegante de la décima mientras se narra una ocurrencia así de jocosa.
1
Ayer se dio en el juzgado
Un juicio sensacional,
Que el asombro general
De la ciudad ha causado.
Resulta que el mes pasado
Denunciaron tres personas
Que ciertas manos ladronas
En el cementerio entraban
Por la noche y se robaban
Las cintas de las coronas.
2
Las cintas generalmente
Son de seda o de burato
O material más barato
Si el donante es insolvente
El amigo o el pariente
Del que va para la fosa
Busca la cinta vistosa
Verde, azul, lila o morada
Y ya una vez dedicada
No sirve para otra cosa.
3
Debe estar loco el ladrón
Que se roba o distorsiona
Las cintas de una corona
Que ya tiene su inscripción
Yo no se que aplicación
Le puede a las cintas dar
Si aunque las logre empatar
Formando lienzos enteros
Contienen unos letreros
Que no se pueden borrar.
4
Sin embargo se robaban
noche tras noche las cintas
y tres personas distintas
en las fosas vigilaban
hasta que al fin se empataban
con la presunta ladrona
una mujer cincuentona
bella estampa de mujer
que acababa de coger
Las cintas de una corona.
5
Entonces desde el sagrado
y respetable recinto
la llevaron al precinto
y del precinto al juzgado
el juez serio y reposado
preguntó: Lola García
diga para que cogía
las cintas de unas coronas
dedicadas a personas
Que ni usted las conocía.
6
Ella le dijo: señor,
yo las cintas las empato
y con esas de burato
me hago mi ropa interior.
mire usted que ajustador
hecho de cintas cocidas
y miradas encendidas
le echó el juez serio y austero
porque decía el letrero
A las hermanas caídas.
7
Con una fría mirada
el señor juez la envolvió
pero Lola continuo
diciéndole eso no es nada.
la semana antes pasada
me hice un blúmer primoroso
mírelo que está vistoso
y lea para que sepa
y el letrero decía a Pepa
de su inconsolable esposo.
8
El juez estaba asombrado
ante tal desfachatez
y Lola de frente al juez
y el túnico levantado
se viro de medio lado
y sin ser interrumpida
le dijo mire enseguida
por detrás que confección
y decía la inscripción
cuco Chucho no te olvida.
9
El juez con mucha razón
Le disparó por la chola
Noventa días que a Lola
Se le nubló el corazón
Ordenó la ocupación
De las cintas sustraídas
Y allí quedaron metidas
Para siempre en un jabuco
Las cintas de A Pepa, A Cuco
Y A Las Hermanas Caídas.
Chanito Isidrón
1 comentario:
Estas son las verdaderas décimas escritas por nuestro inolvidable Chanito Isidron
LAS CINTAS DE LA CORONA
Hace algún tiempo, Guillermina Pérez me entregó estas décimas, que cuando llegó a sus manos, como siempre pensó en el blog, y yo desde aquí mismo se lo quiero agradecer publicándolas, son de Chanito Isidrón. Les ruego que la lean porque no tiene desperdicio.
"LAS CINTAS DE LA CORONA"
Ayer hubo en el juzgado
un juicio sensacional
que al asombro general
de la ciudad ha causado.
Sucedió que el mes pasado
denunciaron tres personas
que algunas manos ladronas
en el cementerio entraban y se robaban
las cintas de las coronas.
Yo castigaría al ladrón
que profana o distorsiona
las cintas de la corona
que ya tienen su inscripción
y no sé qué aplicación
a las cintas podrán dar
si aunque las quisieran empatar
para hacer lienzos enteros
ya tienen unos letreros
difíciles de borrar.
Las cintas generalmente
son de seda de morato
o un material más barato
si el donante no es pudiente
del que va para la fosa,
busca la cinta vistosa
blanca, azul, lila o morada
y después de dedicada
no sirve para otra cosa.
Sin embargo se robaban
todas las noches las cintas
y otras personas distintas
en las fosas vigilaban,
hasta que al fin atrapaban
en el hecho a un ladrona
bella estampa de mujer
que acababa de coger
las cintas de la coronas.
Desde aquel lugar sagrado
y respetable recinto,
la llevaron al precinto
y del precinto al juzgado.
El juez serio y recatado
preguntó, Lola García
diga, ¿para qué quería
las cintas de las coronas
dedicadas a personas
que usted no conocía?
Yo las cintas las empato
y con esas de morato
me hago mi ropa interior
mire usted mi ajustador
hecho con cintas cosidas
y miradas encendidas
le echó el juez, serio y austero
porque decía el letrero
“A LAS HERMANAS CAÍDAS”
Con otra fría mirada,
el señor juez la envolvió,
pero Lola continuó
diciéndole, eso es nada
la semana pasada
me hice un blúmer primoroso
mírelo que está vistoso
y lea para que sepa
que el rótulo decía “A PEPA”
de su inolvidable esposo.
El juez semiatolondrado
viendo tal desfachatez
y Lola de frente al juez
con el túnico levantado,
se viró de medio lado
y sin ser interrumpida
le dijo, mire enseguida
por detrás que confección
y decía la inscripción
“CUCO, CHUCHO NO TE OLVIDA”
El juez dictó sanción
que la justicia acrisola
noventa días a Lola
estremeció el corazón.
ordenó la ocupación
de las cintas sustraídas
y allí quedaron metidas
para siempre en un jabuco
las cintas de Pepa a Cuco
y a las hermanas caídas.
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