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miércoles, 25 de mayo de 2011

A LA MEMORIA DEL UN ÁNGEL

Dos bellas décimas del poeta cubano José Joaquín Palma, autor también de la letra de nuestro himno nacional.

¡Silencio... entre el denso velo
de la noche tormentosa,
vengo a apoyarme en tu losa
sin más testigo qu el cielo:
vengo a darte ese consuelo
¡oh mártir de una pasión!...
mi fervorosa oración,
va envuelta en ese rocío
que llueve el hondo y sombrío
abismo del corazón.

De la historia de tu amor
sólo yo guardo memoria,
fue pura como la historia
de una alondra o de una flor!
Durme en paz, duerme al rumor
del blando sauce que llora;
que ese sueño, es redentora
luz que anuncia un nuevo día;
porque la tumba sombría
es cuna de nueva aurora.


J. Joaquín Palma

lunes, 11 de octubre de 2010

Dos bellas décimas de José Joaquín Palma

Josè Joaquìn Palma "arraigado a nuestra tierra como un àrbol", oriundo de San Salvador de Bayamo, provincia de Oriente de Cuba, donde vino al mundo el 11 de septiembre de 1844, fue un enamorado de Guatemala. Su amor a la patria nuestra le dejò tambièn plasmado en cientos de estrofas bellas como las sigueintes:

"Guatemala, eres tan bella
que viene entre olas de llanto,
a cubrirme con tu manto
de demòcrata y doncella
la democracia... por ella
sentì vehementes anhelos,
ella es fuente de consuelos,
pues la democracia fue
donde Jesùs puso el pie
para subir a los cielos.

---

Libertad... para ensalzarte
es pàlida mi poesìa
te amo tanto ¡oh vida mìa!,
¡que estoy enfermo de amarte!,
condesar no puede el arte
bajo su gloriosa palma,
ni en sus iras ni en su calma,
mi amor de ternura lleno,
viva me abrazo a tu seno,
muerta... te llevo en el alma...

miércoles, 8 de septiembre de 2010

A LA MEMORIA DE UN ÁNGEL

Estos versos hermosos del maestro cubano José Joaquín Palma nos llenan de esperanza y consuelo en momentos difíciles...

¡Silencio... entre el denso velo
de la noche tormentosa,
vengo a apoyarme en tu losa
sin más testigo que el cielo:
vengo a darte ese consuelo
¡oh mártir de una pasión!...
mi fervorosa oración,
va envuelta en ese rocío
que llueve el hondo y sombrío
abismo del corazón.

De la historia de tu amor
sólo yo guardo memoria,
fue pura como la historia
de una alondra o de una flor!
Duerme en paz, duerme al rumor
del blando sauce que llora;
que ese sueño, es redentora
luz que anuncia un nuevo día;
porque la tumba sombría
es cuna de nueva aurora.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Décmas a la Patria

En el mes de la Patria, reproducimos estas décimas que fueron recitadas en el Teatro Colón por M. Ariza P., con motivo del estreno del Himno Nacional de Guatemala, la víspera de inaugurarse una Exposición Centroamericana. Es nuestro homenaje a José Joaquín Palma, "Príncipe de la trova y el Rey de la elegía en la poesía cubana".*

¡Mañana…! cuando la aurora
abra las puertas al día,
y el ave vierta armonía
de su garganta sonora,
nuestra enseña redentora
dará al viento su hermosura,
¡ella!, que por ser más pura
y honrar más al patrio suelo,
le robó su azul al cielo
y a la nieve su blancura.

¡Oh dulce patria!, mañana
serás de grandeza ejemplo,
abriéndole un nuevo templo
a la industria americana:
donde en liza soberana
el ingenio se enaltece,
donde todo resplandece
en lazo estrecho y sublime,
desde el libro que redime
hasta el lienzo que ennoblece.

Y ¡cuán bello será ver
de nuestra fecunda tierra
las fuerzas vivas que encierra
de riqueza y de poder!
Allí el arte, allí el saber
de la ciencia vencedora;
allí, en lid arrobadora
Ceres, con granos opimos,
Pomona con sus racimos
y con sus guirnaldas Flora…

En esta noche inmortal
aquí el pueblo se congrega
a las notas, su alma entrega,
de nuestro Himno Nacional;
El será el numen triunfal
que ilustrará nuestra historia,
él nos guiará a la victoria,
al volar de cumbre en cumbre,
gritando a la muchedumbre
¡por la patria y por la gloria!

Mañana, si a sus legiones
él llamara en son de guerra,
ensordeciendo la sierra,
inflando corazones;
a los penetrantes sones
de la voz arrebatada
de su inspiración sagrada,
nuestros padres se alzarían
y sus tumbas romperían
para ceñirse la espada.

Y fe en parís… y en lejanos
lustros de guerra… Y ¿luego?...
un hombre ardiendo en el fuego
de los principios humanos
hizo versos soberanos
con tonos abrasadores,
y a sus ecos tronadores
las masas en ira hervían,
y las cabezas caían
de monarcas y traidores.

¿Qué es un himno?... una canción
que condensa libre y fiera,
el amor, el alma entera
de un pueblo, de una nación;
es justicia, es redención,
cuando canta la igualdad,
es viento de tempestad
en que los héroes se encienden,
cuando iracundos defienden
su tierra y su libertad.

¡Guatemala!, entre laureles
alzas la frente festiva
tú, la descendiente altiva
de los reyes cakchiqueles;
ciñe tus lindos joyeles,
y al son de tu himno marcial,
abre con mano triunfal
tu primera exposición,
¡ejemplo de paz y de unión
de la América Central!.

*1962. Poesías de J. Joaquín Palma. Editorial Tipografía Nacional de Guatemala. C.A. Cuarta edición. Colección “Los de Ayer” (segunda época) IV volumen. 1962. Una publicación de la Hemeroteca, adscrita a la Biblioteca Nacional, en homenaje al cincuentenario de la muerte (2 de agosto de 1911) del autor de la letra del Himno Nacional.

viernes, 10 de julio de 2009

De José Joaquín Palma

¡Angélica, si el alma herida
ya por la vejez odiosa,
volver pudiera a la hermosa
primavera de la vida!
Si de la ilusión perdida
me reanima el calor;
si el oleaje del dolor
tan rudo no me batiera,
Yo de tu hermosura fuera
caballero y trovador.

¡Cómo en mis fábulas bellas
te revelara cantando
lo que se dicen temblando
las flores y las estrellas!
las misteriosas querellas
que en lánguido suspirar
riega la brisa al pasar;
¡y te fingiera en mi anhelo
mucho del azul del cielo,
mucho del azul del mar!

Yo te hablara en mis canciones
de fantásticos jardines,
de gallardos paladines
y de góticos salones:
te contara tradiciones
de países extranjeros.
te fingiera los primeros
suspiros, las ansias vivas,
de castellanas cautivas
por ingratos caballeros.

¡Pero el otoño me hiere
y es infecunda la idea,
el pensamiento no crea
y hasta el corazón se muere!
al espíritu se adhiere
profunda melancolía;
no vuela la fantasía,
que en este mar sin aurora
pliega sus alas y llora
el ángel de la poesía.

Estos versos fueron dedicados a Angélica Bethancourt. El poema consta de siete décimas. Palma, también ama a Guatemala, identificado con ella, quizás a falta de la propia, nos dejó escrita la letra de nuestro himno Nacional, claro amén de otros poemas alusivos a nuestros conflictos y a nuestras esperanzas, así como su agradecimiento a la hospitalidad guatemalteca

domingo, 29 de junio de 2008

Para Carmen



El poeta bayamés, José Joaquín Palma, no dudó en 1878 escribir sus versos a la joven señora Camen Zayas de Martí. Y es que Palma escribe en el Álbum de la señora de Martí, como lo habían hecho Peón y Contreras. Agustín G. Cuencia y otros, pero faltaba la estrofa de un poeta cubano, que evoque los murmullos del Almendares, el sollozar de las fuentes, y así lo advierte Palma, diciendo que ese álbum encierra colores y aromas. En esa época, José Martí regresó a Guatemala, después de haberse casado en México, con la señorita Zayas Bazán

“¿Lo ves, Carmen? ¡Cuán doliente
cercada de duras rejas
se deshace el triste quejas
como una esclava de oriente!
pero en su mano candente
una copa cineraria,
do se quiebra en luz varia
de lánguidos resplandores
en cinco haces los fulgores
de la estrella solitaria.

¡Más no ha muerto, hirviente humea
en su destrozado seno,
sangre del bravo, del bueno,
que el aire apenas orea!
La América vitorea
sus ansias desesperadas;
y entre rojas llamaradas
con que su martirio abona,
luce al mundo su corona
de ciudades incendiadas…”

domingo, 15 de junio de 2008

De José Joaquín Palma


De este poeta cubano, autor de la letra de nuestro himno nacional presentamos esta hermosa y colorida composición, muestra de la estética natural y de la hermosa armonía entre la dulzura del rimado decimo y una temática deliciosa...

Pierde el ave su plumaje
hermoso y primaveral
y al primer soplo invernal
pierde el árbol su follaje.
Pierde el cielo su celaje
del norte a la faz severa,
el sol extingue su hoguera,
todo en la vida se trunca:
sólo usted no pierde nunca
su florido primaveral.

Texto: José Joaquín Palma
Fotografía: Roberto Cifuentes