En un agua de acuarelas
acuarelizando la hora
va un pez de aleta sonora
con nacaradas estelas,
ángeles pintan sus telas
con campanadas celestes,
tocan los azúleos estes
y los dormidos jazmines
son los nevados clarines
de las vírgenes celestes.
Éxtasis entre la tarde,
erección del surtidos,
tarde en desmayos de amor
que en la púrpura se arde.
Todo es como un gran atarde-
cer en la melancolía,
huele a campanas el día,
campanadas de pasión,
campanas del corazón
que en larga herida fluía…
Mece la campana cuna
de verdes para la noche,
cuando el cintilante broche
de la novia es luz de luna,
luna de la tarde acuna
el niño de la emoción,
su llanto es una canción
de sangre, lágrima, herida…
cuando es tan solo la vida
llovizna en el corazón.
Para un azafate de oro
se recogen las estrellas,
alguien cosecha las huellas
del suspiro, beso y lloro;
porque tal es el tesoro
del triste y del soñador
fervor, emoción, amor…
y en recuento de luceros
pasa los días enteros
entre el pájaro y la flor.
Y pues abarca un espacio
entre el celaje y el viento,
es muy suave su tormento
de desleírse en topacio.
Va en los morados despacio,
va en los púrpuras ligero,
va en las lunas pordiosero
de un espejismo de amor,
y entre un trino y una flor
arrulla un núbil lucero.
Nacido el 11 de abril de 1901, en Santiago de los Caballeros de León, la tierra de Darío, universal bardo nicaragüense, León Aguilera también fue un poeta niño, y como otro signo de talento, a corta edad sorprendió a sus maestros por su facilidad para el aprendizaje de idiomas, pues llegó a dominar el griego, el latín, el inglés y el francés.
De León, en aquel entonces capital de Nicaragua, viajó muy joven a El Salvador y a partir de 1923 hizo de Guatemala su segunda patria. Trabajó en periódicos de Quetzaltenango y en 1931 ingresó a El Imparcial como encargado del "Make up" del periódico, tarea en la cual se especializó, conocida hoy como diagramación.
Durante muchos años escribió las "Urnas del tiempo" que le ganaron fama, lectores y palmas. Su obra "30 años de El Imparcial" fue igualmente consagratoria. Como buen trovador, hizo de Erato su musa predilecta y entre las diosas escogió a Venus, que le enseñó a conjugar el verbo amar.
"Soy -dice León- irremediablemente poeta" y de gran poeta es este "Itinerario de Otoño" con 300 poemas que han de llevarle a las cimas del Parnaso.
Alvaro Contreras Velez (biografía tomada de http://www.gravitron.com/LEON/bio2.htm)
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