En versos endecasílabos van estas décimas de Walter González inspiradas en un poema del mexicano Juan de Dios Peza.
Oye esta confesión; te amo con miedo,
con el miedo del alma a tu hermosura,
y te traigo a mis sueños y no puedo
llevarte más allá de mi amargura.
Juan de Dios Peza
con el miedo del alma a tu hermosura,
y te traigo a mis sueños y no puedo
llevarte más allá de mi amargura.
Juan de Dios Peza
Vago por todas partes, voy buscando
excusas o razones que no importan,
las estaciones mueren y se acortan
los trechos mientras muero caminando.
Pienso en un “dónde” y se me olvida el “cuándo”,
escucho el eco, ignoro el llanto quedo.
No tiene caso entrar si ya no puedo
fingir que permanece mi razón,
y así del fondo de mi corazón
Oye esta confesión; te amo con miedo,
Extraña sensación que no comprendes,
ingenua realidad que yo no entiendo,
la ruta se va como descendiendo
al sueño de las hadas y los duendes.
Pretendo atesorarte mientras pendes
de un hilo que remienda mi cordura.
Secreto de ilusión que no perdura
igual que un nombre en llamas encendido,
me pierdo mientras sigo confundido
con el miedo del alma a tu hermosura,
Y así, trastabillando a no se donde
la noche me ha encontrado tantas veces,
los astros se me han vuelto como peces,
la luna una moneda que se esconde.
Ningún recuerdo claro corresponde
a los ayeres presos de un enredo
de pensares, de versos, de este credo
que pone en letras tu sublime esencia,
intento así rehacerme tu apariencia
y te traigo a mis sueños y no puedo
No existe de nosotros una prueba,
ni hay de lo no vivido un residual,
retorna con el sol un tiempo igual
a aquel que a no saberte me conlleva.
No tengo de ti noticia más nueva
que aquella despedida prematura,
no tengo del mañana la futura
certeza de hallarte al haber partido,
con miedo te amo pero no he podido
llevarte más allá de mi amargura.
excusas o razones que no importan,
las estaciones mueren y se acortan
los trechos mientras muero caminando.
Pienso en un “dónde” y se me olvida el “cuándo”,
escucho el eco, ignoro el llanto quedo.
No tiene caso entrar si ya no puedo
fingir que permanece mi razón,
y así del fondo de mi corazón
Oye esta confesión; te amo con miedo,
Extraña sensación que no comprendes,
ingenua realidad que yo no entiendo,
la ruta se va como descendiendo
al sueño de las hadas y los duendes.
Pretendo atesorarte mientras pendes
de un hilo que remienda mi cordura.
Secreto de ilusión que no perdura
igual que un nombre en llamas encendido,
me pierdo mientras sigo confundido
con el miedo del alma a tu hermosura,
Y así, trastabillando a no se donde
la noche me ha encontrado tantas veces,
los astros se me han vuelto como peces,
la luna una moneda que se esconde.
Ningún recuerdo claro corresponde
a los ayeres presos de un enredo
de pensares, de versos, de este credo
que pone en letras tu sublime esencia,
intento así rehacerme tu apariencia
y te traigo a mis sueños y no puedo
No existe de nosotros una prueba,
ni hay de lo no vivido un residual,
retorna con el sol un tiempo igual
a aquel que a no saberte me conlleva.
No tengo de ti noticia más nueva
que aquella despedida prematura,
no tengo del mañana la futura
certeza de hallarte al haber partido,
con miedo te amo pero no he podido
llevarte más allá de mi amargura.
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