Texto: Modesto Caballero Ramos
Foto: Roberto Cifuentes E.
Más seguir para siempre en la ceniza
ya que el árbol que fui no se endereza.
El humo que de mí fingió cereza
no supo del sabor de mi sonrisa.
Hace un tiempo de mármol, va sin prisa
dice ser la mitad, más no hay certeza.
Vivir en la ceniza es la simpleza
de un fin exagerado en la cornisa.
El juez no puede menos que ceñirse
a la regla del código exigente
y firmar la sentencia y sonreírse.
Mi cuello se mantuvo con raigambre,
sería el capitel quien de repente
crujió bajo el silencio del calambre.
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