Rafael Carrera fue presidente de Estado por decreto del Consejo Constituyente, el 11 de diciembre de 1844, depuesto por una revolución, organizada por los liberales. Carrera luchó por llegar nuevamente al poder y así, el 25 de noviembre de 1854,
¿Lo oye vuestra reverencia
Madre Chepa, la conversa?
Mire no sea perversa,
haga por fin penitencia,
Desahogue bien su conciencia;
cuando ya la arruga odiosa
plegó su citar, lustrosa,
y ya el cabello dorado
va cambiándose en plateado
¡Oh, edad pérfida y roñosa!
…
Es divina la poetisa
que el corazón me ha mudado,
¿Dime, qué Dios te ha inspirado,
oh, mi anciana pitonisa?
*Albizúrez Palma, Francisco. Barrios y Barrios, Catalina. Historia de
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